Dicen que los sentimientos nunca mueren,
que se deslizan, se esconden y a veces se arrastran,
pero no desaparecen.
Dicen que la vida es dulce cuando se dobla sin romperse,
cuando fluye dentro y fuera de tí,
y lo bello está cercano para siempre.
Recuerdo que fui una luz que se apagaba,
entonces, noté acercarse tu boca a mis labios.
Algo se quería romper y dejé que lo hiciera.
Eso fue todo.
Dicen que el mundo puede ser mío si estoy avisado.
Y tuyo.
Pero yo no lo creo.
Un preludio de lluvia,
un sueño hecho de retales de otros sueños
y un juguete roto en la alfombra.
No esperes nada más.
Eso es todo.
Del libro El Sabor de tu Boca Borracha, de Carlos Zanón
Editorial Nínfula (1989)